a raíz, en gran medida, al parate que tuvo la actividad por la cuarentena obligatoria, según se desprende del Índice Construya, que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado. En la comparación con febrero los volúmenes despachados el mes pasado registraron un descenso del 31,44% desestacionalizado.
“Antes del inicio del confinamiento, el indicador mostraba una caída del orden del 5%”, indicó Pedro Brandi, presidente del Grupo Construya, que señaló que a principio de año ya se veía un panorama complicado por la paralización de la obra pública y la caída de la inversión privada tanto en obras nuevas como en remodelaciones.
Este mes, en tanto, se esperan números que pueden ser aún peores, porque ya no se contará con 15 días de actividad normal como en marzo. En cambio, una vez que se abran los corralones habrá que esperar que empiecen a recibir despachos desde las fábricas, antes de poder hablar de una normalización.
Brandi destacó, además, que la cadena de pagos del sector está muy estresada: en los últimos días hubo un 30% de cheques rechazados, contra el 1,5% habitual. Los comerciantes no están facturando y no tienen manera de pagarles a sus proveedores.
“Va a ser un año de pesadilla. Ya veníamos con caídas anuales de alrededor del 7% y no podemos predecir qué va a pasar en 2020, aunque ya descontamos que vamos a tener un retroceso de más del 10% . La pandemia terminó de liquidarnos”, dijo.
La vuelta a normalidad, agregó, tomará su tiempo. Por un lado, la mayoría de las obras nuevas no comenzarán mientras no haya una certidumbre sobre la renegociación de la deuda. Lo qua ya está en marcha, en tanto, dependerá de cómo se esté financiando.
“Es un momento muy duro para el sector. el 70% de la industria está parada . Lo que está claro es que para que esto salga adelante tiene que haber apoyo financiero a todo el sector, con financiamento a tasa baja y plazos razonables”, reclamó.
Fuente: https://www.cronista.com/staff/rquesada
[zombify_post]
Los comentarios están cerrados.