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Importadas principalmente de China, los modelos más básicos se consiguen desde US$39.000, pero los más sofisticados pueden superar los US$80.000.
* 5 de diciembre de 2025
* 17:45
* 4 minutos de lectura
Estas viviendas permiten que se instalen en terrenos urbanos, suburbanos o rurales, adaptándose a distintos usos y públicos.
Las casas cápsula irrumpieron en el mercado argentino como una alternativa que combina innovación tecnológica, rapidez de montaje y un diseño compacto que responde a nuevas formas de habitar. Se trata de viviendas prefabricadas que llegan listas para instalarse y que, en apenas unas horas, pueden estar funcionando con todos los servicios básicos. Su estética futurista y su practicidad las convierten en un producto atractivo tanto para uso residencial como para proyectos turísticos, oficinas móviles o refugios en entornos naturales.
El concepto no es nuevo a nivel global: en países como China, Japón y Estados Unidos, las cápsulas habitacionales se desarrollan desde hace años como respuesta a la necesidad de viviendas más flexibles y accesibles. Lo que sí resulta novedoso es su desembarco en la Argentina, donde la construcción tradicional suele estar marcada por plazos largos y costos crecientes. Frente a ese escenario, las cápsulas ofrecen una solución que se instala en cuestión de horas y que reduce al mínimo los imprevistos de obra.
Su diseño y estética es futurista.
Un ejemplo concreto de esta tendencia se dio en Nordelta, donde se comercializaron las primeras unidades importadas desde China. Las casas cápsula llegaron en contenedores especiales y se montaron en apenas dos horas, con la intervención de dos operarios. La propuesta despertó curiosidad entre potenciales compradores y marcó el inicio de un nuevo segmento dentro del mercado inmobiliario local. Aunque Nordelta fue el caso más visible, la idea no se limita a barrios privados: la versatilidad de estas viviendas permite que se instalen en terrenos urbanos, suburbanos o rurales, adaptándose a distintos usos y públicos.
Las cápsulas están fabricadas con estructuras de acero galvanizado y revestimientos de aluminio carbonatado. Esto garantiza resistencia frente a la humedad, el fuego y la corrosión. Las aberturas incluyen doble vidrio hermético y, en modelos premium, triple vidrio con sistemas anticongelamiento. La climatización también está resuelta: piso radiante eléctrico, aire acondicionado central y cortinas automatizadas forman parte del equipamiento estándar. En algunos casos se suman sistemas de blackout automáticos y cañerías calefaccionadas, lo que refuerza la idea de confort integral.
Las unidades llegan listas para colocarse sobre bases niveladas o dados de hormigón premoldeado. No requieren cimientos tradicionales. El traslado y la instalación son otro diferencial. Las unidades llegan listas para colocarse sobre bases niveladas o dados de hormigón premoldeado. No requieren cimientos tradicionales, lo que agiliza el proceso y abarata costos. En terrenos con pendiente, se adaptan mediante soportes metálicos ajustables. Esta flexibilidad abre la puerta a proyectos en zonas turísticas, desarrollos suburbanos o incluso refugios en áreas rurales donde la infraestructura es limitada.
Desde US$30.000 los modelos más chicos y básicos, hasta US$80.000 los más grandes y equipados. Se abre un nuevo segmento que puede crecer en ámbitos como el turismo, las viviendas temporarias y los desarrollos suburbanos.
En cuanto a precios, las casas cápsula se ofrecen en Argentina desde unos US$39.000 para los modelos más básicos, mientras que las versiones más grandes y equipadas pueden superar los US$80.000. A esto se suman los costos de traslado e instalación, que dependen de la distancia y de las condiciones del terreno. Si bien no son una opción económica en comparación con algunas construcciones tradicionales de baja escala, sí resultan competitivas frente a desarrollos inmobiliarios de mayor complejidad, especialmente por los tiempos de entrega y la posibilidad de contar con una vivienda lista en cuestión de días.
La llegada de estas cápsulas se inscribe en un contexto de búsqueda de soluciones habitacionales más rápidas, sostenibles y adaptables. No buscan reemplazar por completo a la obra convencional, pero sí abrir un nuevo segmento que puede crecer en ámbitos como el turismo, las viviendas temporarias y los desarrollos suburbanos. Su estética moderna y su funcionalidad las convierten en un producto atractivo para quienes valoran la eficiencia y la adaptabilidad.
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