# La Historia Detrás de Esta Casa que Parece la de Tucumán, Pero No Lo Es
Se trata de una imitación perfecta que transporta a quien la mire por fuera a la provincia norteña.
**Fecha: 21 de junio de 2025 – Tiempo de lectura: 6 minutos**
La historia de amor ha inspirado grandes proezas a lo largo de la humanidad. Desde el Taj Mahal en la India, un mausoleo icónico construido por el emperador mogol Shah Jahan en memoria de su esposa, hasta el Castillo de Boldt, levantado por el empresario George C. Boldt en honor a su mujer en Nueva York. En Argentina, un hombre decidió hacer una réplica de uno de los monumentos más significativos de la historia del país, también impulsado por el amor.
¿De qué se trata? Es una imitación de la Casa Histórica de Tucumán, pero se encuentra en Baradero, una ciudad situada a unos 160 km de CABA. Los vecinos pasan a verla, algunos se detienen a sacar fotos, y otros, más atrevidos, tocan la puerta para conocerla y escuchar su historia. Si tienen suerte, pueden disfrutar de las “mejores empanadas tucumanas”, preparadas por la suegra de Luis Garea, el hombre que la construyó. Una niña incluso llegó a decirle una vez: “Gracias por haber hecho la casa, porque no sé si algún día tendré la oportunidad de viajar a conocerla”.
¿Qué motivó a Luis a realizar esta hazaña?
La aventura comenzó hace mucho tiempo, cuando Inés del Valle Costilla, oriunda de Tucumán, se mudó a Baradero, cruzando la calle de Luis. De niños, jugaban juntos como cualquier vecino, pero a medida que crecían, su vínculo se fortaleció. Cuando él tenía 18 y ella 16, se convirtieron en novios y han estado juntos por más de 40 años.
Luis Garea se sintió impulsado a construir esta réplica en homenaje a su mujer. “Mis bisabuelos y abuelos estuvieron casados por más de 60 años. Tuvieron un amor que duró toda su vida, pero hoy pocos los recuerdan. Me preocupaba la idea de que, cuando uno muere, se diluye en la historia”, relata Garea.
El Motor del Amor
La idea comenzó a tomar forma cuando en 2016, tras cerrar la aceitera donde trabajaba, Luis decidió no rendirse. Comenzó a ganarse la vida con su hobby, la música, y al mismo tiempo se dedicó a construir la casa. “Los fines de semana cantaba y durante la semana hacía mi locura”, comenta.
Luis se enfrentó a desafíos; su familia lo llamaba “loco” por su empeño. Pero persistió, trabajando en silencio. Utilizó fotos de la Casa Histórica de Tucumán para que la construcción pudiera plasmarse en Baradero, a más de 1000 km de distancia. También aplicó sus conocimientos de albañilería, oficio que había ejercido antes de trabajar en la aceitera.
Los años pasaron y la pandemia ralentizó la construcción, pero Luis no se detuvo y continuó buscando materiales y ayuda para finalizar su proyecto.
Uso Actual de la Casa
Tras seis años de trabajo, la casa se ubica a cinco cuadras de la estación de tren, en un terreno que tiene un significado especial en su historia con Inés. Luis la levantó como un símbolo del amor que perdura. Aunque está casi terminada, aún le faltan algunos detalles. El interior alberga un gran salón con capacidad para 100 personas, un escenario, equipos de música y un patio ambientado con un estilo antiguo.
La casa ha sido alquilada para fiestas, cumpleaños y actos escolares, y Luis planea celebrar el 60° aniversario de sus padres en ese lugar. “Es un homenaje a mi esposa y a sus padres”, agrega.
“Tuvo una muy buena recepción, a la gente le gustó, le dio más vida al barrio. Tengo reservado un jardín de infantes que vendrá a festejar este año el Día de la Independencia aquí”, dice con orgullo.
La réplica, que refleja la esencia de la Casa Histórica de Tucumán, aún presenta una esquina sin terminar. “Todos me preguntan por qué no la completo. Y les respondo que es para que no se termine el amor”, concluye Luis.
Por María Josefina Lanzi
**Fuente: www.lanacion.com.ar**
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