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La reciente caída del Índice de Contratos de Locación (ICL) implica un alivio significativo para los inquilinos en Argentina. Si bien la actualización todavía se realizará con porcentajes elevados, la situación se aleja de las cifras astronómicas que vimos en meses anteriores. Esto trae consigo una esperanza renovada para los arrendatarios, quienes enfrentan un contexto de alta inflación y costos de vida en constante aumento.
En febrero, se espera que el ajuste según el ICL se sitúe en un porcentaje considerablemente más bajo. Aunque aún no se han oficializado las cifras exactas, las estimaciones indican que el aumento será inferior al 30%. Esto representa un cambio importante respecto a los ajustes anteriores que llegaron a ser insostenibles para muchos inquilinos.
Este nuevo escenario no solo beneficia a los inquilinos, sino que también ofrece un marco más predecible para los propietarios de inmuebles. Con una disminución en los porcentajes de ajuste, ambos sectores pueden planificar sus finanzas de manera más eficaz. Los propietarios que dependen de los ingresos de sus alquileres verán un ajuste más manejable, mientras que los inquilinos podrán respirar un poco más aliviados frente a la posibilidad de un incremento desmedido.
La reciente baja en el ICL ofrece un respiro tanto para inquilinos como para propietarios en Argentina. A medida que nos adentramos en el nuevo año y con la ley de alquileres de 2020 ya derogada, es fundamental mantenerse informado sobre los cambios en las regulaciones y los índices de ajuste. Este es un momento oportuno para evaluar opciones de alquiler y tomar decisiones informadas sobre el futuro habitacional en el país.